Cuento Para Latinitos: El Día Que Me Convertí En Mosquito

Todo comenzó un día igual como los otros, la profesora Sherry McSorry no paraba de gritar, mis compañeras del lado no dejaban de burlarse de Fiona (una niña muy inteligente, pero con una verruga desastrosa en la nariz).y ahí estaba yo tratando de tranquilizarme, porque como era típico de mi, solía explotar de furia y terminaba en la oficina del director.

Mi mamá vive muy preocupada por el genio que mantengo, dice que eso no es normal y que por tal razón  debería visitar al psicólogo, de hecho, la próxima semana  comienzo con la psicóloga Sara Bulldog, prefiero esto que son 4 veces a la semana, por 2 horas, que tener que aguantarme a mi hermano menor, comiéndose los mocos y  corriendo por toda la casa con los calzones encima del blue Jean creyendo que es superman  en calzoncillos.

Mi papá y mi mamá son la pareja perfecta: Mi papá el típico doctor y mi mamá la típica ama de casa, se comportan como dos tortolitas acarameladas.

Volviendo a la clase, la tortura ya había terminado, gracias a Dios estábamos en la última hora, por que ustedes no se alcanzan a imaginar lo que es tener a una chihuahua (Sherry McSorry) alegándonos sobre cómo nos debemos sentar y mucho menos para aguantársela después de una larga jornada escolar.

Cuando llegué a casa, mis papás estaban sentados en el sofá de fino cuero, en donde se discuten asuntos familiares. Tenían cara preocupada y en las manos… ¡un examen mío de geometría!, pero ¿Cómo si estaba escondido debajo de mi colchón? Mmm. esto me  huele al sapo de mi hermano, que se mantiene todo el tiempo esculcando en mi cuarto para encontrar algo que después utilizaría  para molestarme,… y a continuación la ridícula charla  de papá, mamá, hija y hermano parando oreja.

Yo estaba cansada e irritada, no había terminado la charla que ya llevaba dos horas, pero un grito de mi hermano me salvo, al fin el sapo estaba pagando por todas las maldades que me hizo, aunque muy, pero muy dentro de mi sentí pesar. El “pobre” después de haber escuchado una buena parte de la charla, se montó en las cortinas y el muy chistosito creyendo que podía volar, cayó sobre un brazo, mamá y papá se pararon del sofá y salieron corriendo a su cuarto en donde se encontraba acostado en el piso  dando unos  alaridos, que al final no pude soportar y me encerré en mi habitación, mi papá se dio cuenta que se lo había fracturado, entonces salieron con él a un hospital especializado, así que yo, me quede sola en mi casa, ¡el cielo en la tierra!, porque no había ningún ruido, ni hermanos gritones, ni papás comprensivos que dan charlas interminables.

Me fue dando sueño y al final me quedé dormida. A la mañana siguiente el despertador sonó, pero no estaba en mi cuarto y no  me sentía normal, por alguna razón escuchaba un aleteo desesperante  que cada vez se acercaba más  a mí y no me explicaba por qué el gato de mi mejor amiga se veía mas grande que yo y se acercaba  lentamente relamiéndose; Después de analizar el territorio me di cuenta que estaba en mi colegio, en la casa vieja donde las profesoras piensan en diferentes métodos de tortura para los estudiantes.

Mis piernas se estaban volviendo cada vez mas pequeñas y mi blanco color de piel se estaba oscureciendo hasta el punto de llegar a negro, sentía que mis ojos crecían cada  vez mas  y que lo que veía se  multiplicaba como cien veces,  por fortuna sabía donde se encontraban los tocadores y fui ¿volando?, no esperen!!! esto es ilógico…. seguramente estaba muy confundida como para saber por qué medio me dirigía al baño.

Cuando llegué no veía mi reflejo en el espejo sólo había una mancha negra  que se movía, Salí desesperada de los tocadores no tenia idea de lo que pasaba, lastimosamente  me choque con Felicity (el gato de mi mejor amiga). Abrió su boca, mostró sus grandes  comillos y…descubrí que me había convertido en un mosquito, pero por qué?…

CONTINUARÁ