Cine peruano: “La teta asustada”

Por Lilian Soledad Pérez –

La leche materna puede llegar a transmitir el miedo y el sufrimiento. Esa extraña enfermedad nació en el subconsciente colectivo de los indígenas de los Andes peruanos, producto del terrorismo que sufrieron en la década de los 80.

Las continuas matanzas, agresiones sexuales y maltratos físicos quedaron en la mente de las madres que sobrevivieron a ese período. Y, a través de cantos y sentidas melodías quechuas, narraron la trágica historia a las nuevas generaciones.

Con el nombre de “La teta asustada” dieron a conocer ese mal que, según ellos, padecían algunos de sus hijos. Es el caso de Fausta, una joven de escasos recursos que debe enfrentar su realidad y luchar consigo misma para vencer su constante angustia.

Magaly Solier reencarna a una protagonista tímida, introvertida y muy temerosa de los hombres. Puede llegar a conmover al espectador e incluso, hacerlo reflexionar acerca del trauma que puede ocasionar la violación a los derechos humanos.

La cineasta Claudia Llosa, sobrina del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, cuestiona temas delicados con sutileza. Así logra reflejar la pobreza de los sectores periféricos de Lima, el folclore de las ceremonias religiosas, el constante castigo a los pueblos indígenas, la ignorancia de las clases bajas y el abuso de poder de las clases sociales dominantes.

“La teta asustada” consiguió el Oso de Oro en el festival de cine de Berlín del 2009 y estuvo nominada al Premio Óscar 2010, en la categoría de la mejor película extranjera. Ahora es reconocida internacionalmente y está entre las películas latinomericanas más importantes de los últimos años.